Entonces haría que se repitieran aquellos momentos..., que te temblara la voz, de los nervios de tenerme frente a ti.
Que suspiraras cada vez que olvidabas respirar.
Que, pasado ya un rato, estuviéramos en aquel bar hablando de mil cosas; como si nos conociéramos desde hacía años. Tú intentando impresionarme, y yo dejándome sorprender.
Nuestros labios no dejaban de sonreír, yo no podía dejar de mirarlos.
-¿Por qué miras mis labios y no mis ojos?
-me intimidan tus ojos, temo perderme en ellos.
Y así fue como me perdí. Me perdí en una complicidad auténtica, en una locura pactada, en un robo prestado.
Sentí que nadie me había conocido mejor hasta entonces.
Sabías lo que quería en cada momento, cuando aún yo no había notado la necesidad.
1 comentario:
De la manera k escribes es para tenerte envidia. Si kieres algun podrias escribirme algo y yo le pondria musica, seguro k seria una cancion maravillosa
JULIO
Publicar un comentario