La diosa Venus por fin cumplió su objetivo con el que fue adoptada. La infancia y posterior adolescencia dio paso a su madurez, con las obligaciones que hasta una diosa debe cumplir.
Ni corta ni perezosa empaquetó los recuerdos de toda una vida, dejando atrás aquellos que no le mereció la pena, ya que el transporte sería algo más terrenal de lo que cualquiera hubiera pensado.
Ni un libro, ni una canción, que no aportara nada, debían ocupar lugar en el equipaje.
Y emprendió el traslado con su pequeña gatita hacia Venusberg.
Allí instaló su hogar, de forma tan cálida y tan agradable que se sintió cómoda desde el primer día.
Dannhäuser, caballero y poeta, acompañado de su perro, encontraron un día la guarida Venusberg. Venus, sorprendida gratamente, le sirvió algo de vino y le ofreció hospedaje al estilo contemporáneo: “¿pagamos el alquiler a medias?”
Entonces los obispos del país se echaron las manos a la cabeza… “¡impuros! ¡pecadores! ¡no encontraréis el paraíso!
Dicen que fue así como Dannhäuser se perdió y nunca se supo más de él… ¿O fue Dannhäuser quien no quiso saber más del resto del mundo? Quizá no quiso ser encontrado. Quizá ya estaba en el Paraíso.
Ni corta ni perezosa empaquetó los recuerdos de toda una vida, dejando atrás aquellos que no le mereció la pena, ya que el transporte sería algo más terrenal de lo que cualquiera hubiera pensado.
Ni un libro, ni una canción, que no aportara nada, debían ocupar lugar en el equipaje.
Y emprendió el traslado con su pequeña gatita hacia Venusberg.
Allí instaló su hogar, de forma tan cálida y tan agradable que se sintió cómoda desde el primer día.
Dannhäuser, caballero y poeta, acompañado de su perro, encontraron un día la guarida Venusberg. Venus, sorprendida gratamente, le sirvió algo de vino y le ofreció hospedaje al estilo contemporáneo: “¿pagamos el alquiler a medias?”
Entonces los obispos del país se echaron las manos a la cabeza… “¡impuros! ¡pecadores! ¡no encontraréis el paraíso!
Dicen que fue así como Dannhäuser se perdió y nunca se supo más de él… ¿O fue Dannhäuser quien no quiso saber más del resto del mundo? Quizá no quiso ser encontrado. Quizá ya estaba en el Paraíso.
imagen: Sandro Boticelli (año 1485)